Lo verdaderamente valiosos son las ideas. ®.

                                                                                             

Lo verdaderamente valioso son las ideas. ®.
Desde mi escritorio.
Reflexión.
Jorge Ofitas. ®.

Mi propio instinto imaginativo y racional me impide a todas luces plagiar cualquier concepto, idea o personaje que pertenezca a otro creador coetáneo. Sería algo así cómo robarle las gallinas al hombre que se gana la vida vendiendo huevos, copiar un examen a un compañero de clase o en resumidas cuentas birlar lo que no te pertenece.

En cualquier caso, hacer un plagio de una creación ajena, es un insulto para mi originalidad y mi propia alma. Quién plagia, no solo no es creativo ni original, sino que se insulta a sí mismo sobremanera; robando lo que no es suyo, por mucho que intente embellecer lo plagiado. Ahora saquear la propiedad intelectual ajena también está de moda entra los políticos que plagian sus tesis y discursos a sus autores y claro si papá se pega un pedo en la mesa los nenes lo imitan y así nos va, sin líderes y sin nuevos grandes talentos debido a que se podan los crecimientos de estos con las apropiaciones indebidas políticamente correctas.

En mí país es costumbre habitual robar y expropiar con gratuidad las ideas originales de otras personas con todos sus contenidos y también sus textos o títulos registrados. Os pondré un ejemplo claro y conciso. Mi primera novela publicada titulada Diario de Abordo registrada debidamente en la propiedad intelectual y posteriormente presentada a un concurso literario internacional de renombre fue robado su título original por una cadena televisiva perteneciente al grupo, media set. Llamé por teléfono se rieron de mí. Un familiar mío abogado en los juzgados de plaza de Castilla en Madrid llamó por su cuenta y lo quitaron. Pasado un tiempo volvieron a reírse, y fíjense bien lo que hicieron estos bandidos en vez de Diario de Abordo pusieron a su programita Diario de a bordo. ¿Lo pilláis? Por supuesto ningún juez aprobaría esto es ilegal pero fíjense bien creadores, ellos ya sabían de esta novela y su creador y decidieron hacer daño y no pagar por los derechos de autor. Al igual que la industria de los mantas destruyó el mundo del disco en España debido a ciertas políticas de izquierdas que no respetan lo que no es suyo y lo expropian para así comprar sus votos con el dinero de otro. Son algunos ejemplos, pero cuando necesito un ordenador nuevo, materiales o unos miles de euros para crear mis obras literarias nadie me los da. Menuda poca vergüenza y se llaman profesionales de la televisión con un montón de millones con los que contratan se supone a grandes creativos que por supuesto no lo son y de la política mejor no hablar. Parece como si para tener más “tablón hubiera que ser más ladrón”.

Ahora dicen y proclaman querer evitar la fuga de talentos, cuando talento ha habido siempre, solamente hay que pagarlos no robarles ni engañarlos. Claro qué, los talentos, si lo son, no son políticamente correctos y aquí radica el engaño. Cuando una persona es original, es objetiva, es librepensadora, no tiene un color, tiene todos los colores, no tiene siglas, todas las siglas son para él o ella, parte del todo. Lo primero que hay que hacer es predicar con el ejemplo, como regla básica e ineludible. Si no quieres que te roben, no robes. Si amigas y amigos, lo valioso son las ideas y quien no las tenga debería dedicarse a otras cosas. En una tripulación no puede haber más patrones que marineros ni más ladrones que creativos. Creedme, lo verdaderamente valioso son las ideas pero sobre todo quién las crea. En vez de mimar a los verdaderos creadores les aplican la filosofía del bonsái, algo así cómo dejarte enanito para que tus ramas no alcancen el cielo y ellos y ellas quedarse con tu dinero. Besos, carantoñas y susurros tiernos. Qué os vaya bien.

Autor reflexión: Jorge Ofitas. ®.
España. 2017. Europa. 2018. ®.

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